jueves, 25 de noviembre de 2010

Única

Tu has sido, eres y seras
mi único amor. Con vos
compartí todas mis tardes y
noches. tu fuiste mi única
compañía fiel en las noches
de insomnio. Tu me diste las
mayores alegrías, las mas
fuertes melancolías, lo mas grandes
erotismos.
Tu te vendrás conmigo a la muerte
y tu seguirás aquí después de mi muerte.
Y crecerás sin limites cuando dejes de ser
mía, mi querida biblioteca.

martes, 23 de noviembre de 2010

H.G.

they say love is the
most powerful light...
and i I still surrounded
by darkness

jueves, 18 de noviembre de 2010

Homo sentimentalis

Yo no merezco este sufrimiento.
Lo se porque he ejecutado todas
las instrucciones de todos los
manuales en todos los idiomas,
del arte de perderte.

¿Y lo que hice para atraerte
para tenerte? (porque fuiste mía)
Eso deberías recordarmelo vos.
Y vos, ya no estas.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Inmortales

Intento repetirlo. A veces figurándolo

a veces recordándolo exageradamente.

Vuelvo a sus rostros y a sus voces

sin encontrar sus sonrisas ni sus palabras.

Intento suplir un grito con otro grito:

igual o mas fuerte, con la boca mas abierta

o los pulmones mas llenos, o con los ojos

mas abierto o mas cerrados. Y no,

no es el mismo grito.

Intento combatir el éxtasis de sus besos

con estos besos. El desenfreno de aquel

sexo con estos gemidos falsos y forzados

que se pierden en una noche, que no es

mágica, que no es única.

Me invente un idioma y unas señas,

que no tuve con quien practicar.

Diseñe calles y ciudades que no tuve

con quien caminar..

Invente un paisaje de montañas exóticas

donde solo resonaba el eco del silencio.

Descubrí paisajes y playas paradisíacas

en las que nada sucedía.

Quise recrear el éxtasis del Sol y la Luna

intercambiados, del juego de

luces y sonidos ininterrumpidos,

del deseo y la locura del deseo

inalterables.

Llene mis venas de jeringas artificiosas

con sustancias artificiales que ni se acercan

a la adrenalina y el éxtasis de dos mil cuerpos

saltando, tocándose, rozándose, transmitiendo

la fuerza de una sensación que a un solo cuerpo

haría explotar pero a dos mil los hace bailar.

Me desnude bajo la lluvia mirando fijo al cielo

hasta sentir que no había nada mas alrededor.

Gire sobre mi mismo, una y otra y otra vez

hasta imaginarme ser un torbellino

que subía hasta el cielo…

Y no logre tocar el cielo que tocamos

saltando a la par, gritando a la par, bailando,

tocándonos, besándonos, mordiéndonos,

abrazándonos, acostándonos juntos.

Lo intente todo. desde el dolor

mas grande y el placer mas grande y

nada pudo si quiera acercarme a esa sensación.

Intente revivir ciento ochenta días donde

todas las dimensiones de la vida se volvieron

una, y tan solo una: la mas perfecta felicidad.

Me detuve en el tiempo. Me quede ahí en la nada

recordando esa felicidad y me sentí muerto. Y sin

embargo, justo antes de ver la primera lagrima de

tristeza lo comprendí:

hay una sola forma de volverse

inmortal y es cuando uno puede detenerse en un momento

de tanta felicidad, que la vida toda se disuelve y

retrae a ese segundo donde ya nada podría ser mejor.

Yo viví ese momento.


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Tres poemas para uno

Letanía

Amasadas con Lunas y azahares
¿en que nupcial noche sagrada?
Manos que inician la belleza
como una nueva infancia.

Manos de albricia de la gracia
que donde llegan a posarse
son ya un comienzo de alba.
Manos capaces ¿por qué no?
de las mas diáfanas hazañas:
de surcir lirios rotos,
o de remendar alas,
o de remansar en su cuenco
las más convulsas lágrimas,
o de abrevar la ronca sed
que en los arrullos brama.

Manos venidas
en un descenso de alas
para el escalofrió mas hermoso.
El cuerpo alzándose hasta el alma.

Nocturno de Lejanía

Dúo de arroyo y pájaro innumero de música.
El sol remando en ondas de frescor y verdor
Y la sed de corolas del colmenar ardiente.
Y yo tu amor. ¿Tu amor? Mi dolor y mi amor.

Tan hondo como el pió del pájaro en el sueño
in surge este amor mío que inventamos los dos
aun ebrio de ti como un ala de cielo...
(Mi corazón, un Lázaro vuelto aprendiz de Dios)

Por ti la vocación de hondura y hermosura
se me hizo un oficio duro y cabal,
Se alzo, en mirada y ala acrecido, mi verso.
Todo el fervor humano afluyo a mi caudal.

La lira que vibraba secreta en tus caderas
La primavera entera traducida en mujer.
El roció en tu rosa para amenguar su llama
Tu alma: un puro crescendo como el amanecer

Y tu profunda noche constelada de beso
Tu inenarrable beso de estío y ananás
borrando las fronteras del alma y de la carne
y que ambas se disputan para siempre jamás

Los dioses verdaderos con nosotros estaban.
Los dioses sin sobornos ni terrores, oh cielos:
La Verdad y el Amor, en su desnudo edén,
y la Belleza, diáfana en sus sagrados velos.

Desataron su nudo de ceda tus secretos.
¿Fue corona de mirto o corona de espinas?
¿Fue tu pena o tu dicha, con pudor de tu voz
quien, muda, hablo en idioma de lagrimas
diversas?

Yo el candor de que nace nuestro día en tus
manos,
y tus pies, doblegado de hermosura, besé.
Y vi mi amor, dios niño, durmiendo en tus
rodillas
¿O fui un ciego soñando en tu luz? No lo sé.
Ay, dialogo sin pausa de lo ido y el presagio.
Lo que no será nunca, aunque empezó una vez
(¡fuera de mi y dentro de mi crece la noche!),
o lo que fue y mas hondo retornara después.

Secreto Espanto

Ah, tu plenitud de candor, amada
y tu sangre hecha toda de rubores.
Y tu voz, sibila de amor, desvelada.
Y el crescendo en hondo de dicha y dolores.

Con rosas y besos, inconscientemente,
tapamos la boca de nuestros abismos
por si ha de atacarnos, tal vez de repente,
el secreto espanto de nosotros mismos.

Luis Franco

Letras suyas

Leo línea a línea
y veo entre las palabras mezclarse
sus nombres: sugeridos,
imprevistos, inconscientes.
Leo los versos que mientan
sus recuerdos y pasiones.
Mezclo la “eternidad”, el “alma”
y el “infinito” con el nombre
de tu ritmo y de tu música.
Leo “niñez” y “dulzura”,
y amores “inocentes” y genuinos,
amores “ruborizados” e infantiles,
y pienso en tu nombre que tiene
las iniciales de la Luna y de Luz.
Leo, y el nombre que articula los demás
me habla de tormentos y dolores.
Y de dialécticas que encierran el amor
entre el misterio y el desconcierto,
y de los amores que no fueron ni serán,
Y entonces ya no pienso en “vos” sino en “ti”,
y en que ni todas las cañas de tu país
pudieron golpear mi sed.
Las leo a las tres intercaladas en mis páginas.
Agazapadas en mis esperanzas y temores,
Esperando que abra estas paginas que abren
mi alma,
Para cotejar que todavía están ahí,
que tal vez, nunca se irán.

M.F