jueves, 15 de abril de 2010

Retrato de _________ por Salvador Dali


Lo primero: la fragmentación. Múltiples partículas que la componen pero no la agotan. Cada una completa en su forma color y tamaño para formar uno de sus tantos rostros posibles. En la comisura de los labios se superponen infinitamente una sobre otra las formas: un sólo beso partido en mil partes, en mil bocas.
En las esferas de los rulos es donde mas se expresa la sospecha, la ambigüedad, el secreto. Algunas líneas sugieren libertad, en otras esferas todo esta cubierto de color oscuro, de rayas: sus rayes. Contradicción o convivencia de los aspectos de su mente, capacidad artística y opacidad personal; fugacidad e intensidad.
En el torso cada partícula esta en distorsión, en movimiento y marcando su estela. Es que en el pecho ella lleva marcas, el paso de sus emociones, sus dolores, sus decepciones e incomprensiones, sus arrebatos de amor, de locura, de suicidio; el paso de cada persona, de un lugar, una letra, una imagen, o una imagen con sonido.
En el entorno, una esfera a cada lado en perfecta combinación del sol y luna, o que bien podría ser cualquier Astro, pero un astro al fin. Es la coronación de la primera unión con el universo, es parte de ella pero a su vez separada. Es y no es, esa es la dialéctica de toda la pintura, de todo su ser.
Cada partícula es ella y es además ella en sus mil rostros, y en sus tonos oscuros y claros, la armonía separada y junta con todo lo que la rodea, universo y naturaleza.
Al final, unas partículas, unas esferas descascaradas, partidas, erróneas...acaso un defecto.

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