jueves, 26 de noviembre de 2009

Prácticas Eternas I

Oficio

El ruido de los colectivos ya es un arrullo de mi sueño, tiene sus tonalidades variadas con camiones de basuras y perros que ladran.

Ese ruido se ha vuelto tan familiar que cualquier calle es una canción de una cuna. Es el ruido que me asegura que el día es tan solo un pre-texto para la noche. Con la noche llegan las palabras y los textos.

Y llegan los paisajes y las posibilidades. En cada uno de esos colectivos se sube un sueño, unos que me llevan a estudiar en Madrid, otros a mirar la montaña por una ventana en un barrio de Catamarca. El que menos pasa me lleva a rencontrarme con tus besos.

Por la mañana vendrá el sueño y el tiempo de descanso, y la movilidad pausada y tranquila del sol que parece tomarse años en volver a su brillo apagado, a su alumbrar tímido.

El ruido de una pareja contra el cartel de un kiosco me hace compañía. Una compañía invisible y desconocida. Unas voces y unos susurros. No soy el único que espera.

La radio tose y corcovea intimidada por la carrocería vieja y destartalada que anda sobre un motor que tiene la constancia del universo para producir sonido. Insisto y la dejo hasta convencerme que adentro de ella llueve.

Un caminante solitario marca el pulso y el compas de las teclas con las que marco estas vocales y consonantes que nunca sabré si son la excusa del sueño o su mejor compañía o su íntimo enemigo.

Tampoco descubriré jamás si el insomnio es real. El día en que se vaya, el día en que la cama sea efectivamente un lugar para dormir, ya no tendré nada por sentir.
Tanto renegar del insomnio, de esa ventana que tardo años en volver a estar y que ahora, no dejo ni un segundo de abrir. Es que el encuentro obligado con la noche me sabia amargo. No es como ahora que elijo dejarla entrar, acompañada de esa canción metálica y retumbante en las paredes de la pieza.

Sólo esta noche y este ruido maravilloso a colectivos me han permitido hacer de la soledad un oficio placentero.

1 comentario:

  1. Ayyyyyyyyyy, ese insomnio de meses vale la pena!!!! tapale la boca al oscuro duerme a metros de tu habitación.
    Y es verdad, la habitación desde que la tiene Rubicante de día tiene luz! Una ventana siempre puede ser un límite, una apertura o un lugar donde apoyarse, hacer pasar el tiempo acompañado de un marco y las proyecciones.
    Hermoso texto amigo!

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